CÓMO OLVIDAR EL PASADO

Hay personas que tienen prisa por dejar atrás el pasado; pues viven ancladas en un tiempo pretérito. Cuando esto ocurre, la gente no aprovecha el presente ni planifica el futuro. Además, en sus mentes y acciones cotidianas se reviven incidentes ya sucedidos, sin superarlos ni aprender de ellos.

No se trata de borrar el ayer ni sumergirse en la amnesia. En realidad, el olvido es un armisticio con los momentos que hemos vivido.

 

Olvidar es la oportunidad de extinguir resentimientos, de no renacer los malos instantes en la memoria y sólo recolectar lo positivo de cada experiencia.

¿CÓMO PODEMOS OLVIDAR EL PASADO?

Vivir el presente y no obsesionarse con el pasado

El presente es lo único que tenemos. Hay que vivir este preciso instante en que leemos estas líneas, la respiración que ahora llena nuestros pulmones y esta fecha de nuestro calendario. El pasado es inalterable y el futuro aún no existe. No hay nada mejor que valorar y agradecer el presente.

Por otra parte, los malos recuerdos son una auténtica tortura para quien no los erradica. Quien es incapaz de olvidar, deambula a ciegas; rodeado por la neblina de un pasado que todo lo impregna. Todo tiempo pasado es una compuerta que debe cerrarse para que no anegue el presente.

 

Sin embargo, en ocasiones el pasado se cuela en nuestro día a día. Reaparece en las evocaciones inesperadas, sobrevive en los rencores y permanece en la manía de guardar objetos de otra época. El asunto es que no es malo recordar, lo malo es cuando esos recuerdos agrietan nuestra existencia.

 

 

 

Las consecuencias de no superar el pasado

Es terrible cuando el pasado se enquista en nuestra mente, pues la mantiene tan ocupada que no nos deja pensar. También; es muy malo cuando los recuerdos nos inyectan ira, tristeza, desánimo, odio, miedo, ansiedad y otras emociones insanas.

Todos vivimos malas experiencias. Padecemos duelos, fallecimiento de seres queridos, metas no conquistadas, días difíciles y decepciones. Es obligatorio superar estos momentos, sin permitir que se conviertan en recuerdos lacerantes. Algunas consecuencias de no superar el pasado son:

  • Vivir con depresión; lo cual es muy nocivo para la personalidad, la autoestima y la salud física.
  • Ausencia de interés y vitalidad en actividades diarias. Cuando la mente y el corazón están desorientados en un laberinto de recuerdos, el tiempo presente queda apartado.
  • Aferrarse a personas que ya no están, bien sea porque se marcharon por voluntad propia o por otras causas. Esto causa una ausencia imposible de resolver.
  • Cerrar las puertas a oportunidades. Quienes son esclavizados por el pasado no aceptan que el presente les ofrezca libertad y otras posibilidades.
  • Incapacidad para afrontar nuevas etapas en la vida. Cuando la mente y el alma se enzarzan en muros pretéritos, es casi imposible madurar y cerrar ciclos.
  • Los sentimientos negativos― asociados a los malos recuerdos― se estancan y se recapitulan en cada nuevo día. Todos los sentimientos deben fluir: vivirlos, expresarlos y dejarlos ir. Si esto no sucede, los sentimientos se acumulan e impiden otras sensaciones.

 

Una de las consecuencias más espinosas es que el pasado no solo no se olvida, sino que se agiganta. Los recuerdos negativos tienden a magnificarse al no superarlos. Esto hace que sean cada vez más intensos, más pesados y que resulte imposible ignorarlos.

¿Cómo podemos superar el pasado?

Hay diversas estrategias que permiten deslindarse del pasado. En la psicología se asevera que la gente vive con más intensidad lo que recuerda que las vivencias reales. Por eso, fomentar la salud en la memoria es de gran importancia.

A continuación, se expone un listado con tips para absolver esas malas experiencias que causan heridas en la memoria. Son consejos variados que hemos comprobado desde Reta Tus Límites, y  que van desde una revisión personal hasta nuevas actitudes respecto a personas y situaciones.

 

Olvidar y perdonar a quienes te hicieron daño

¡Quizás es el consejo más importante! La venganza y la ira solo consumen energía vital. Ofensas y perjuicios se prolongan cuando, quien los sufre, mantiene ardiente la llave del rencor. Además, la obsesión de pensar en aquello que ha causado ofensa impide usar la mente en otras cosas.

El perdón no es un acto de resignación. A decir verdad, es un modo de librarse de los grilletes del pasado. Perdonar es un acto de auto-liberación. Se corta con el encono hacia quienes nos han hecho daño, pero en realidad se perdona para no lastimarnos más a nosotros mismos.

 

Perdonarse a sí mismo

En ocasiones, necesitamos eximirnos por algo que hicimos. Bien sea por inexperiencia, o porque obramos de mala fe, la conciencia nos castiga recordando algo que cometimos. El perdón propio es la única manera de aceptar que nos equivocamos.

Es difícil perdonarnos cuando hacemos daño o ignoramos a seres queridos. A fin de cuentas, los errores no solo se perpetran por acciones, sino también por omisiones. Perdonarnos es una estrategia para seguir adelante, sin herir a otras personas.

 

 

 

Volver a empezar

Para olvidar el pasado hay que cerrar ciclos. Mientras no llegue el olvido, la aceptación y el aprendizaje de las experiencias vividas, jamás podremos empezar otra etapa. Por eso, la intención de volver a empezar permite abrir un nuevo ciclo y dar por superado el anterior.

¡Siempre se puede volver a empezar! Todo inicio es como un renacer, algo que nos mantendrá ocupados y sin pensar tanto en el pasado. Se combinan así dos cosas: la oportunidad de olvidar y de construir nuevos recuerdos.

 

Vivir el presente

Implica ver lo que tenemos, estimar las oportunidades y agradecer. El presente tiene demasiado que ofrecernos: es un abanico de novedosos senderos y el único momento donde tenemos la potestad de asumir decisiones. Por lo tanto, solo en el presente tenemos control de nuestras vidas.

No vale la pena derrochar toda nuestra energía reviviendo el pasado. Mejor, usufructuar esa energía para movernos por el presente y disfrutarlo con intensidad.

 

No idealizar el pasado

Finalmente, hemos hablado de un “pasado triste”. Sin embargo, también sucede que los tiempos ya transcurridos pueden ser catalogados como “demasiados felices y perfectos”. Curiosamente, hay gente que se encariña con el pasado y desea regresar en el tiempo.

Lo anterior también impide vivir el presente. La nostalgia por el pasado ocasiona que miremos el tiempo actual con prejuicios. Incluso, también se necesita una dosis de olvido sobre la felicidad exagerada que opaca el presente. El olvido es esa llave que nos abre las puertas de la actualidad.

 

 

 

ARTÍCULOS RELACIONADOS


 

CAMBIEMOS EL MUNDO JUNTOS

¿Has entendido la importancia de dejar ir al pasado? ¿Has visto cómo el no hacerlo puede impactar al resto de tu vida? 

Espero que este artículo te haya ayudado y que gracias a tu mentalidad, actitud, y persistencia puedas conseguir lo que más quiero para ti:

Que seas la mejor versión de ti mismo y alcances sueños y metas que no creías posibles.

CARLOS PÉREZ-TABERNERO: AUTOR DE ESTE ARTÍCULO
CARLOS PÉREZ-TABERNERO: AUTOR DE ESTE ARTÍCULO

Soy un apasionado del conocimiento. Trato de mejorar cada día para encontrar mi mejor versión. Después de unos comienzos difíciles, actualmente tengo varias empresas, soy inversor, formador y escritor. Padre de familia de 3 preciosos hijos, ahora me dedico a ayudar a las personas a transformar sus vidas como hice yo para que Descubran su potencial, Multipliquen sus ingresos, y Vivan una vida extraordinaria. Aquí puedes leer más sobre mi.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Send this to a friend